Este proyecto es una iniciativa de Guadalupe que comenzó en la cocina de su casa. Los tratamientos quimioterapéuticos y de radiación gama que recibió generaron una hipersensibilidad en la piel de tal forma que la mayoría de los jabones de producción industrial le afectaban por su acidez y las parafinas, así que tuvo que aprender a elaborar sus propios jabones. Luego su hijo Antonio Martínez-Urbina la animó a especializarse más en la producción cosmética artesanal de alta calidad y puso sus conocimientos en este campo y los recursos financieros al servicio de esta pequeña empresa. Hoy ya estamos preparadas para salir al mercado con productos de alta calidad y belleza tales como: jabones medicinales, protectores labiales, barras de masaje, exfoliantes, champú y perfumes sólidos. Usamos plantas de nuestro jardín, elaboramos nuestra propia manteca de cacao, destilamos nuestros propios aceites esenciales de plantas tropicales. Se elaboran con productos de nuestra misma finca o de productores locales. Casa Madremonte demuestra que al igual que la comida es nuestra medicina , la salud es la belleza y la belleza es la salud.

 

En este proyecto trabajan personas de nuestro pueblo de Longo Maï como Carolina, abriendo de esta manera una alternativa laboral que permite que no se fuguen las y los jóvenes de la zona rural a aumentar los cinturones de miseria de la ciudad o a trabajar en las piñeras.